Necrologio (avanzado) de Martiago

Todo parece indicar que los “señores militares” tenían programadas estas sacas dentro de un plan que alcanzó a varios pueblos del ámbito comarcano, con matanzas masivas en La Alberca (12/08/36) y Robleda (13/08/36) o con eliminaciones individuales, como en Martiago (12/08/36). Se avanza aquí el necrologio de este último pueblo, que incluye el asesinato de una víctima directa de la represión la muerte de dos “indirectas”:  

 

Cipriano Hernández Vegas, de 39 años de edad, jornalero, presidente de la Sociedad Obrera, casado con Cristina Durán Sánchez, padre de dos hijos menores. Falleció el día 12 de agosto de 1936 en “despoblado”, a consecuencia de “disparos de arma de fuego” y fue enterrado en el cementerio de El Bodón (RCEB, act. def. 13/08/1936, Iglesias 2008a). Se había señalado por el intento de roturación de la dehesa comunal dentro de los proyectos de reforma agraria. 

  

La falta de control de las armas de que, en este caso, era portador un ex soldado, causó dos víctimas mortales: su antigua novia y él mismo. 

Juan Francisco Vicente Manchado, de 25 años, hijo de Aureliano y Julieta, ex soldado inútil para el servicio, soltero. Falleció en el Hospital Provincial (12/07/38), sin especificación de la causa (extracto act. def., C 2185/1937: f.36). Fue procesado, a consecuencia del asesinato pasional cometido (15/08/37) en la persona de su ex novia y a la que pretendía cortejar, María Calvo Sánchez, sobre la que hizo varios disparos con una pistola que había sustraído en el frente, a consecuencia de los cuales falleció. Después disparó contra sí mismo, sin conseguir quitarse la vida, pero quedó ciego. Por estos hechos se le siguió causa por la jurisdicción ordinaria, de la que se desglosó lo referente a la pistola para el procedimiento sumarísimo, cuyo consejo de guerra (22/01/38) lo condenó a las penas de tres años de prisión menor por el delito de tenencia ilícita de armas y a tres meses de arresto y 250 pts de multa por desobediencia grave, sin que se tuvieran en cuenta los argumentos del defensor, según el cual el procesado tenía “muy buenos antecedentes” (C.2185/37). 

Hubo varios martiagueses que fueron víctimas de las otras formas de represión:  

- 7 detenidos o presos (dos de ellos también multados) 

- un maestro depurado 

 

Natural de Martiago era Maximiano Vallejo Casado, de 20 años, hijo de Pedro y María Laurentina, estudiante, afiliado a las Juventudes Socialistas Unificadas. Consiguió evitar los primeros envites de la represión en Salamanca, fugándose a su lugar natal, adonde lo fueron a buscar los ejecutores para una saca fallida en el Risco de Martiago (aledaños del puente del río Águeda). Fue procesado en Salamanca con otros 25 vecinos de Salamanca (P.Sum.512/36). El consejo de guerra (28/11/36) falló cinco penas de muerte. Maximiano fue condenado a 20 años de prisión, que le serían rebajados a seis, que en parte cumplió en la prisión de Burgos. 

 

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