Croniquilla del verano y otoño sangriento de 1936. La aplicación sistemática de la represión en Ciudad Rodrigo y su entorno. Necrologio de Saelices el Chico

La aplicación sistemática de la represión, programada en las “instrucciones” previas, los “bandos” del mes de julio y las “órdenes” posteriores de los mandos sublevados, pronto dejó evidencias de su eficacia. Al tiempo que se proseguían las detenciones por orden militar y sin ella, los cadáveres de personas conocidas o “desconocidas” empezaron a aparecer en el entorno inmediato o no muy lejano de Ciudad Rodrigo casi a diario entre el 8 y el 17 de agosto: Saelices, Sancti-Spíritus, La Alberca, Casillas de Flores, Robleda, El Maíllo, etc. (Croniquilla del día 6).

El 8 de agosto en la dehesa de Majuelos se hallaron los cadáveres de los mencionados Aquilino MATEOS y Santiago SÁNCHEZ PEINADO, vecinos de Saelices y directivos de la STT (croniquilla del pasado día 19 de julio). Según una lápida del cementerio de Casillas de Flores, el 8 de agosto fue “víctima de la guerra” José Mª MOREIRO, alcalde republicano, pero en tal fecha quizá se tratara solamente de un intento fallido de detención y fuera realmente eliminado el día 13 (necrologio publicado el pasado 16 de julio), como en Navasfrías la del alcalde León Almaraz y del concejal Ángel Ramos. En todo caso, Aquilino MATEOS y Santiago SÁNCHEZ son los primeros ejecutados extrajudiciales registrados en los aledaños de Ciudad Rodrigo. Estos directivos del Sindicato de la Tierra y Oficios Varios (STT) fueron señalados como líderes de una lapidación sufrida por el coche de los guardias civiles que iban a concentrarse en Ciudad Rodrigo al caer la tarde del día 19 de julio. Los agentes repelieron la agresión con descargas de fusil, pero no hubo entonces muertos ni heridos. El incidente fue calificado de “asalto” en la información militarista. Aquilino y Santiago fueron víctimas expiatorias que sirvieron de escudos a otros implicados y su muerte se añadió a las de los mencionados Eusebio GARDUÑO, Martín CENIZO, ejecutados por sentencia de consejo de guerra, y Epifanio CEJUDO, víctima de una saca carcelaria en Salamanca (croniquilla del pasado 19 de julio). Todos los otros socios de la casa del Pueblo o sospechosos de serlo fueron procesados, castigados algunos con prisión y otros absueltos.

Se ha identificado casi una veintena de vecinos represaliados, algunos por partida doble:

* 5 víctimas mortales

* 12 detenidos y presos (informados y procesados)

* Un ejecutado y tres condenados o detenidos en prisión fueron multados de modo redundante.

 

Las autoridades locales hasta ahora no han dejado constancia de reconocimiento alguno de estas víctimas, ni siquiera de las que fueron asesinadas. Aquí se aspira a compensar esta vergonzosa desmemoria, detallando la identificación nominal y socio-profesional del necrologio republicano de Saelices el Chico:

 

Aquilino MATEOS BLANCO, de 40 años de edad, hijo de Rafael y Rosalía, jornalero, casado con Cecilia Sagrado, con quien tenía 4 hijos; asesinado “por fuerzas al servicio del movimiento militar” a las 21 horas del día 7 de agosto de 1936, en el sitio de Majuelos, término de Saelices el Chico, en cuyo cementerio fue enterrado (Sum. 153/36, act. def. 13/08/36, ASMJ).

Santiago SÁNCHEZ PEINADO, de 42 años de edad, hijo de Agapito y Cristina, jornalero, vicepresidente de la STT, casado con Eufemia Calvo Sánchez, padre de 5 hijos; fue asesinado y enterrado en las mismas circunstancias que Aquilino MATEOS (Sum. 153/36, act. def. 13/08/36, ASMJ).

Eusebio GARDUÑO ALONSO, de 35 años de edad, hijo de Sebastián y de Regina, jornalero, socio de la Casa del Pueblo, “gestor socialista”, casado con Mariana Sánchez Zamarreño, padre de 6 hijos; fue detenido en Saelices y preso en Ciudad Rodrigo, en cuya cárcel ingresó como “detenido [militar]” el día 20 de julio de 1936, con salida el mismo día (Desaparecidos) y destino a la prisión provincial (21/07/36), para ser procesado; condenado a muerte en consejo de guerra (21/08/36), ejecutado (30/08/36) y enterrado en el cementerio de Salamanca (J.Sum. 265/36). En 1980 su viuda, Mariana Sánchez, con residencia en Portugalete (Vizcaya), presentó una solicitud de amnistía y antecedentes penales, que, con la aprobación del Auditor (Valladolid, 13/06/80), le sería concedida por el Capitán General de la 7ª Región Militar (Valladolid, 17/06/80) (J.Sum. 265/36).

Martín CENIZO CALDERERO, de 44 años de edad, hijo de Santiago y de Andrea, jornalero, “gestor socialista”, militante “en el [Sindicato de] Trabajadores de la Tierra afecto al Partido Socialista”, casado con Celedonia Sánchez, padre de 2 hijos. Fue detenido en Saelices y preso en Ciudad Rodrigo, en cuya cárcel ingresó como “detenido [militar]” el día 20 de julio de 1936; después siguió los mismos avatares carcelarios y procesales que Eusebio GARDUÑO, incluidos la condena a muerte, ejecución y enterramiento en el cementerio de Salamanca (J.Sum. 265/36).

Epifanio CEJUDO CEJUDO, de 35 años de edad, natural de Tordomar (Burgos), hijo de Restituto y de Santas, peatón de correos, militante “en el [sindicato de] Trabajadores de la Tierra afecto al Partido Socialista”, casado con Cipriana Huerta Maeso, padre de 4 hijas. Fue detenido en Saelices y preso en Ciudad Rodrigo, en cuya cárcel ingresó como “detenido [militar]” el día 20 de julio de 1936; después siguió los mismos avatares carcelarios y procesales que Eusebio GARDUÑO, condenado a 30 años de prisión en el mismo consejo de guerra (21/08/36); “en fecha del 12 de diciembre de 1936 fue entregado a la fuerza pública para su conducción a la Prisión Central de Burgos”, adonde nunca llegaría, sin duda víctima de una saca carcelaria. Después de pesquisas inútiles del juez militar Juan Rodríguez Somoza, en 1943 y 1944, para anunciarle la conmutación de la pena de 30 años de prisión por la de 12 años (01/06/43), en su pueblo de origen (Tordomar, Burgos) los testimonios revelaron que sus familiares (20/04/44) “creen desapareció en Salamanca el año 1936 cuando el Glorioso Movimiento Nacional” (J.Sum.265/936).

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